La concejala Heidy Sánchez denuncia que la Empresa Metro estaría dilatando el proceso sancionatorio para evitar que el contratista pague por los reiterados retrasos en la entrega de la obra.
Bogotá sigue esperando. Este 29 de marzo se cumplió el sexto incumplimiento en la entrega del deprimido de la Calle 72, una obra clave dentro de la construcción de la Línea 1 del Metro de Bogotá, que ya suma 2 años y 3 meses de retraso. La concejala Heidy Sánchez, del Pacto Histórico, denunció públicamente que la Empresa Metro de Bogotá (EMB) estaría dilatando el proceso sancionatorio para evitar que el concesionario pague multas por los incumplimientos reiterados.
Según Sánchez, el concesionario ha incumplido en seis oportunidades las fechas comprometidas para entregar la obra:
8 de enero de 2023
9 de octubre de 2024
9 de noviembre de 2024
7 de diciembre de 2024
25 de enero de 2025
29 de marzo de 2025
“La Empresa Metro puede sancionar al contratista por los retrasos, pero está dilatando la imposición de las multas para que, de manera tardía, ‘cumpla’ y no pague un peso al Distrito. Es inadmisible”, afirmó la cabildante a través de sus redes sociales.
Retrasos y nula sanción: ¿quién responde por Bogotá?
El deprimido de la Calle 72 debía estar funcionando desde comienzos de 2023. Sin embargo, más de dos años después, los bogotanos siguen enfrentando caos vial y una ciudad partida por obras inconclusas. Lo más grave es que, pese a tener herramientas contractuales para sancionar al contratista, la EMB ha optado por esperar, generando suspicacias sobre un eventual favorecimiento al privado.
Esta no es la primera vez que la concejala Sánchez denuncia irregularidades en las obras del metro. En el pasado ha cuestionado la falta de transparencia en los cronogramas y en los avances reales reportados por el consorcio a cargo, APCA Transmimetro, compuesto por la firma China Harbour Engineering Company y Xi’an Metro.
¿Dónde están los controles del Distrito?
El contrato del deprimido y su integración con la primera línea del metro fue adjudicado por más de 22 mil millones de pesos y su ejecución ha estado marcada por demoras desde el inicio. Sin embargo, la Empresa Metro no ha hecho público un calendario actualizado, ni ha respondido con contundencia a las alertas ciudadanas. Según la concejala Sánchez, esto constituye una falta grave en la defensa del interés público.
“Las autoridades distritales no están defendiendo a la ciudad, están protegiendo al contratista. Esto pone en evidencia una profunda debilidad institucional y deja en el limbo los derechos de los bogotanos”, subrayó Sánchez.
¿Y la alcaldía?
Desde la administración de Carlos Fernando Galán, se ha insistido en la necesidad de avanzar con el metro “a toda costa”, sin embargo, sectores políticos y sociales le reclaman mayor firmeza frente a los incumplimientos contractuales. La pregunta que queda es: ¿quién está controlando el contrato más grande en la historia de la capital?
Organizaciones ciudadanas y veedurías están solicitando la intervención de la Contraloría Distrital y la Personería, para que se determine si existe responsabilidad fiscal por parte de la Empresa Metro o complicidad con el concesionario.
¿Un nuevo elefante blanco en Bogotá?
El caso del deprimido de la 72 se perfila como otro posible elefante blanco, una obra costosa, inconclusa, y sin responsables claros. La ciudadanía exige respuestas y, sobre todo, acciones concretas: sanciones al concesionario, cumplimiento de cronogramas, y transparencia total en la ejecución de una obra que afecta la movilidad de millones de personas.
Mientras tanto, la concejala Heidy Sánchez insiste en que no se puede seguir premiando la ineficiencia:
“Aquí se está permitiendo que se rían del Distrito. Vamos a insistir en los órganos de control y no permitiremos que esta negligencia pase de agache”.
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