El Gobierno Nacional viaja a Europa con el objetivo de concretar alianzas estratégicas para potenciar la agroindustria cafetera y construir una nueva infraestructura arrocera que permita romper con el oligopolio que afecta a los productores locales.
Colombia busca alianzas en Europa para transformar su agroindustria: café y arroz en el centro de la estrategia
El Gobierno colombiano, a través de la Agencia de Desarrollo Rural (ADR), prepara una gira por Europa en busca de acuerdos internacionales que impulsen la agroindustrialización del café. La estrategia busca dejar atrás el modelo de exportación de producto fresco, sin valor agregado, para avanzar hacia una economía rural más organizada, cooperativa y con mayor participación campesina.
La ADR advirtió que uno de los principales problemas del sector es la falta de garantías de compra y la ausencia de transformación del producto en origen. “Muchos productos salen frescos, sin valor agregado, no es agroindustrializado. Además, en muchas regiones del país, el campesinado está trabajando de manera aislada, sin articular esfuerzos”, explicó la entidad.
En este contexto, el gobierno de Gustavo Petro promueve el cooperativismo como “base fundamental del desarrollo rural”. Esta visión busca que los productores no solo integren la producción agrícola, sino que también compartan servicios sociales y de bienestar comunitario. “La organización es uno de los pilares de la economía. No se puede hablar de desarrollo económico si no hay organización campesina”, afirmó un vocero de la agencia.
La gira europea tiene como propósito establecer alianzas con gobiernos y empresas interesadas en el café colombiano con valor agregado. La idea es que el país deje de exportar café sin procesar y comience a consolidarse como productor de cafés especiales, tostados, empacados y listos para la venta en mercados internacionales.
Romper el oligopolio del arroz
La necesidad de fortalecer la agroindustria no se limita al café. El gobierno también tiene en la mira el oligopolio del arroz, que según denuncias de productores, controla los precios del mercado y deja a los campesinos en desventaja. El presidente de la ADR, Gerardo Pachón, señaló que “en Colombia el arroz siempre permanece en el mismo precio o sube, nunca baja. Al campesino le pagan por debajo del costo de producción, porque el precio lo fija el oligopolio”.
Estas industrias concentran los molinos y el almacenamiento, comprando a precios bajos y vendiendo el producto ya procesado a precios mucho más altos. Para contrarrestar esta situación, el Gobierno está impulsando la construcción de nuevos molinos de arroz administrados por organizaciones campesinas.
“Estamos organizando la construcción de varios molinos y también buscamos alquilar espacios en puertos, porque por primera vez en la historia, Colombia se prepara para convertirse en país exportador de arroz”, afirmó Pachón.
La medida hace parte de la reforma agraria, que busca no solo redistribuir tierras, sino también democratizar el acceso a la infraestructura de transformación y comercialización agrícola. La combinación de cooperativismo, inversión estatal e internacional, y capacidad exportadora forma el núcleo de esta nueva política rural.
Con esta estrategia, el gobierno pretende no solo aumentar los ingresos del campesinado colombiano, sino también transformar el modelo económico del agro, rompiendo con décadas de dependencia de grandes comercializadores y actores concentradores del mercado.
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