Así enfrenta Colombia el brote de fiebre amarilla que ya deja 34 muertos

El país redobla esfuerzos para frenar la propagación de la fiebre amarilla con equipos de respuesta inmediata, análisis de laboratorio y campañas de inmunización gratuita. El brote ya deja 75 casos confirmados y 34 fallecimientos en nueve departamentos.

Colombia enfrenta uno de los brotes más serios de fiebre amarilla de los últimos años. Con 75 casos confirmados y 34 muertes reportadas en menos de ocho meses, el Gobierno nacional y el Instituto Nacional de Salud (INS) han activado una estrategia de contención que incluye vacunación masiva, vigilancia epidemiológica y operativos de control en zonas selváticas y urbanas.

El más reciente informe del INS, con corte al 18 de abril, revela que el brote ha afectado principalmente al departamento del Tolima, donde se han registrado 59 de los 75 casos confirmados. En ese mismo territorio, se concentran 23 de las 34 muertes relacionadas con la enfermedad.

Ante este panorama, el presidente Gustavo Petro anunció la vacunación masiva de al menos 200.000 personas en Tolima, una de las medidas más fuertes para evitar que el virus entre en fase urbana. “Estamos actuando con rapidez para contener este brote y evitar su expansión a ciudades”, afirmó el jefe de Estado.

INS refuerza análisis y detección temprana

Para cortar la cadena de transmisión del virus, el INS ha recibido y analizado 40 muestras provenientes de seis departamentos, incluyendo primates no humanos, que son clave para identificar focos del virus en el ciclo selvático. Según el instituto, hasta ahora el brote corresponde exclusivamente a transmisión entre monos y mosquitos selváticos, sin evidencia de contagio humano en zonas urbanas.

El riesgo mayor, sin embargo, es que un humano infectado sea picado por un mosquito Aedes aegypti en una ciudad y se inicie así el ciclo urbano. Por eso, las autoridades intensificaron la vigilancia entomológica y virológica, con más de 20 equipos de respuesta rápida desplegados en campo para hacer investigación comunitaria y contener posibles brotes secundarios.

Vacunación gratuita y sin restricciones

Uno de los pilares de la estrategia nacional es la inmunización. La vacuna contra la fiebre amarilla está disponible de manera gratuita y sin restricciones, incluso para personas no afiliadas al sistema de salud o migrantes sin regularización.

El Ministerio de Salud ha ampliado el rango de edad para la vacunación, iniciando desde los 9 meses de edad e incluyendo a mayores de 59 años, una medida excepcional ante la expansión del virus. Más de 8.000 adultos mayores de 70 años ya han recibido la vacuna, según cifras oficiales.

Las jornadas de vacunación avanzan en los departamentos más afectados y en zonas que históricamente no habían registrado casos, como el municipio de Neira, Caldas, ubicado en el corazón del Eje Cafetero. Esta situación ha obligado a replantear las zonas de riesgo y a movilizar brigadas a nuevos territorios.

Letalidad del 45 % y expansión geográfica

Desde septiembre de 2024, la fiebre amarilla ha sido confirmada en nueve departamentos: Tolima, Putumayo, Nariño, Caquetá, Huila, Vaupés, Cauca, Meta y Caldas. La letalidad del brote alcanza un alarmante 45,3 %, lo que ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias, que temen que el virus se traslade a zonas densamente pobladas.

Aunque la enfermedad sigue contenida en su ciclo selvático, la movilización humana entre zonas rurales y urbanas aumenta el riesgo de una transmisión más amplia. Por ello, el llamado del Gobierno es claro: vacunarse salva vidas.

El llamado urgente a la ciudadanía

“El virus no discrimina. Todos debemos estar protegidos”, advirtió el INS, que ha insistido en que las personas que planeen viajar a zonas selváticas deben estar vacunadas al menos 10 días antes del viaje. En aeropuertos y terminales ya se emiten alertas sanitarias, y se fortalecen campañas de información en redes sociales y medios comunitarios.

Colombia enfrenta este brote con medidas contundentes, pero la colaboración ciudadana es clave. La vacunación, la vigilancia oportuna de síntomas y el reporte de casos sospechosos son fundamentales para detener la propagación.

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