"Policía sabía desde 2023 de oscura alianza entre ELN y Cartel de Sinaloa": concejal de Bogotá

Un documento oficial de la Policía, revelado por el concejal Julián Sastoque, pone al descubierto una de las alianzas más preocupantes del crimen organizado: desde enero de 2023 se tenía conocimiento de que el ELN, junto con otros grupos delincuenciales, estaba intercambiando cocaína por armamento especializado con el temido Cartel de Sinaloa.

El informe, fechado pocos meses después del inicio del gobierno de Gustavo Petro, expone con crudeza como grupos como el "Clan del Golfo", Los Caparros, Los Pelusos, el ELN y los GAO-r de las FARC están orquestando un siniestro plan para desestabilizar al Estado colombiano.

Cocaína por armas: el pacto del terror

Según el documento de la Policía Antinarcóticos, estas organizaciones no solo controlan los cultivos ilícitos y el mercado de la cocaína en el país, sino que también han establecido nexos criminales con mafias internacionales. En particular, se resalta la negociación con el Cartel de Sinaloa, donde toneladas de cocaína son intercambiadas por armamento de alta tecnología, alimentando una espiral de violencia y terror.

“El ELN y otros grupos armados están diversificando rentas ilícitas y ejecutando acciones terroristas de alto impacto en zonas estratégicas. Estas alianzas con organizaciones internacionales como el Cartel de Sinaloa son una bomba de tiempo para el país”, señala el informe.

El concejal Sastoque fue contundente al señalar que esta información compromete directamente al gobierno de Gustavo Petro, que, según él, no puede alegar desconocimiento sobre el accionar del ELN. "El presidente no puede hacerse el sorprendido. Este documento demuestra que, desde el inicio de su gobierno, se sabía que el ELN no solo es un grupo narcotraficante, sino también un aliado clave en la expansión de organizaciones internacionales como el Cartel de Sinaloa", afirmó.

El informe también advierte sobre el control absoluto que los Grupos Armados Organizados (GAO) ejercen en las zonas de producción de cultivos ilícitos. Estas estructuras, además de dinamizar el sistema de drogas ilícitas, han logrado posicionar a Colombia como un punto neurálgico en el tráfico de estupefacientes hacia el exterior, gracias a sus nexos con carteles internacionales.

Con estas revelaciones, la política de seguridad del gobierno Petro queda en el ojo del huracán, mientras Colombia enfrenta una realidad alarmante: el narcoterrorismo sigue fortaleciéndose y el ELN, lejos de ser un actor político, se consolida como un engranaje clave en la maquinaria del crimen transnacional.

La revelación de este documento deja en evidencia que las alertas estaban encendidas desde hace tiempo. Ahora, la pregunta que muchos se hacen es: ¿qué medidas tomará el gobierno ante esta alianza letal entre el ELN y el Cartel de Sinaloa? La respuesta no solo determinará el futuro del país, sino también la confianza en la lucha contra el narcotráfico.

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